Que es una zorra?

Dícese de toda mujer, sin importar edad, raza, religión, la cual ejerce su principal característica innata (zorra) con el objetivo de dejar siempre mal parada a la persona de sexo opuesto. Dicha característica es común en toda persona de sexo femenino (novias, hermanas, madres), solo se perfecciona con el paso del tiempo.

Una zorra hace sufrir al hombre , estando siempre un paso adelante, agarrando la mano de otro individuo antes de soltar la que tiene, como también teniendo una carta de mas o conociendo las cartas del otro.

Como ejemplo, una zorra nunca dejara a su hombre si no tiene uno, dos, tres o mas buitres dando vueltas, ya que no puede estar sola. Y cuando deje a su hombre, le dará un poco mas de cabida a quienes ya les venia dando cabida, sabiendo que estaba tomando fuerzas para dejar al suyo.

Las zorras tienen corazón, sufren, no son de piedra, pero tienen fuerzas para salvar su mente y cagársela al otro, con el solo objetivo de seguir adelante. Sin embargo, no les importa faltarle el respeto a alguien que la respeto y en cuanto al orgullo, llegan a hacer cosas inimaginables para poder conservarlo, aunque sus emociones se encuentren inestables temporalmente.

Se debe tener en cuenta también, que esta característica, no es considerada un agravio, y se debe ver como una ventaja frente a la persona de sexo opuesto.

Hay que crear conciencia, apoyarnos y tomarlo con humor.

11 de febrero de 2009

La primer Gran zorra de mi vida

Como a todos nos paso, en nuestra vida siempre hubo una primera vez. En este caso les voy a contar como fue mi primer relación cercana con una Zorra.

Todo comenzó allá por el año 2000 cuando la conocí a la corta de edad de 15 años, en un lugar de veraneo que hoy en día es muy conocido y visitado. En ese entonces recién estaba surgiendo y poniéndose de moda. Al principio, y como toda buen zorra, no me daba ni la hora. Yo, fiel a mi espíritu remador, remaba en la arena porque sabia que algún día ella se iba a dar cuenta de mi existencia. Finalmente sucedió, ella comenzo a mirarme con otros ojos.

El verano se terminaba y todavía no se concretaba nada, estaba todo bien pero de besos, de abrazos y arrumacos ni cerca. Para mi sorpresa, ella también es de mi misma ciudad con lo cual me dije a mi mismo: "no te preocupes campeón, a la vuelta es tuya". De regreso en la ciudad, mis visitas a su casa eran diarias, no había un solo día que no pasara a saludarla. Recuerdo que fue un viernes por la noche en un bar muy conocido cuando besé por primera vez su boca, la misma boca que meses después mostraría sus colmillos de Zorra para clavarlos en mi cuello.

La relación venia muy bien ( claro... eramos niños, no sabíamos mucho de que se trataba ser novios) pero no me podía quejar. Por supuesto que había cosas que no eran gratas, como su mejor amigo, pero eran las reglas de juego. Siempre tiene que haber un ave de rapiña esperando comer carroña.

El noviazgo duro 8 meses aproximadamente y luego de la ruptura, quedo todo bien entre nosotros. Yo seguía enganchado con ella y supuestamente a ella no le pasaba lo mismo, pero había cosas que no me cerraban: si ella no quería estar mas conmigo... ¿porque cada vez que nos veíamos y hablabamos, terminabamos apretando? Así termino el año 2000, siendo un arranque de milenio con todo.

En el ano 2001 por suerte mis padres decidieron ir al Sur. Puesto que no la iba a ver, y ya habían pasado 15 días de la ultima vez que la había visto, yo estaba muy bien solito y esperando cumplir mis 16 añitos. El reloj dio las 00.00 y ella no tuvo mejor idea que ser la primer persona en saludarme mediante un llamado telefónico, el cual duro una hora aproximadamente, y en el cual quedamos en que de regreso de las vacaciones íbamos hablar para reconciliarnos.

Luego de los 15 días de vacaciones, le rompí la cabeza a mis padres para hacer una pasadita por la costa a saludar a unos primos (que casualidad que ellos estaban en el mismo lugar que ella). Llegamos, y no aguantaba mas la ansiedad por verla. Había recorrido 1600 km por ella y lo que estaba haciendo era como tocar el cielo con las manos.

Ese día estuvimos toda la tarde juntos caminando por la playa como dos enamorados. No eramos novios oficiales de nuevo, pero esa noche en un fogón se concretaría. Todo muy romántico, hasta que las llamas del fogón iluminaron la zorra que vivía en ella y la luna que alumbraba el mar se enrojecido. La noche que iba a ser romántica termino siendo una noche de cacería para la Zorra, con un sutil "no se que me pasa", "no que porque estuvimos a la tarde", "yo no te quiero lastimar", pero lo hizo. Claro, es Zorra y no pudo escapar a su destino.

Yo volví de Bariloche para verla y ella me hizo eso, una gran zorra. Mi conclusión es simple: nunca hagan nada por una zorra. Ella no solo que no sabrá valorarlo sino que tampoco le va a importar. Ah, me olvidaba, al mes ella se puso de novia con el que era su mejor amigo. Muchas gracias amigos, y volveré a escribir pronto.-

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