Que es una zorra?

Dícese de toda mujer, sin importar edad, raza, religión, la cual ejerce su principal característica innata (zorra) con el objetivo de dejar siempre mal parada a la persona de sexo opuesto. Dicha característica es común en toda persona de sexo femenino (novias, hermanas, madres), solo se perfecciona con el paso del tiempo.

Una zorra hace sufrir al hombre , estando siempre un paso adelante, agarrando la mano de otro individuo antes de soltar la que tiene, como también teniendo una carta de mas o conociendo las cartas del otro.

Como ejemplo, una zorra nunca dejara a su hombre si no tiene uno, dos, tres o mas buitres dando vueltas, ya que no puede estar sola. Y cuando deje a su hombre, le dará un poco mas de cabida a quienes ya les venia dando cabida, sabiendo que estaba tomando fuerzas para dejar al suyo.

Las zorras tienen corazón, sufren, no son de piedra, pero tienen fuerzas para salvar su mente y cagársela al otro, con el solo objetivo de seguir adelante. Sin embargo, no les importa faltarle el respeto a alguien que la respeto y en cuanto al orgullo, llegan a hacer cosas inimaginables para poder conservarlo, aunque sus emociones se encuentren inestables temporalmente.

Se debe tener en cuenta también, que esta característica, no es considerada un agravio, y se debe ver como una ventaja frente a la persona de sexo opuesto.

Hay que crear conciencia, apoyarnos y tomarlo con humor.

26 de julio de 2012

Ruleta Rusa - Roja directa

Segunda Parte - Junio 2012
"Los dioses condenaron a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo mas terrible que el trabajo inútil y sin esperanza..."
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Un amigo me dijo una vez: en la variedad esta la elección. Yo me había quedado enganchado, con la sangre en el ojo y la zorra no tuvo mejor idea que contactarse conmigo después de haber perdido una batalla. El orgullo es algo que uno pierde cuando esta enamorado, y debo admitir que yo lo estaba todavía. No me había bastado aquella humillación, así que el destino me llevo a tropezar con la misma zorra. Si hay algo que aprendí along the line, es que el amor idiotiza a las personas.

En la variedad esta la elección recordé aquella noche en el mítico barrio porteño de Belgrano, me trague la píldora, y pensé que si ella estaba delante mio de nuevo, era porque el elegido era yo. Unas cervezas decoraban la mesa, pero estaban de mas. Hacia meses que no la veía y todavía recuerdo como me temblaban las manos. Hablamos de todo, nos pusimos al dia, y la acompañe hasta la parada del colectivo. No tuvo mejor idea que darme un beso al despedirse, que no pude evitar. "Te extrañé", fue el toque de gracia. Yo estaba con alguien en ese momento, pero desde que supe del posible reencuentro, paso todo a un segundo plano.

Hoy me arrepiento de haber ido ese dia, pero no es el momento para sacar conclusiones todavía. Sigo con la historia.

A partir de ese dia, los dos nos comportamos de la misma manera: como si nada hubiese pasado, como si siempre hubiésemos estado juntos, como si el primer capítulo hubiese sido protagonizado por otras personas. Tardamos poco en formalizar la situación, nos pusimos de novios unos dos meses después. Cosas maravillosas pasaron. Cosas feas también, como siempre, como en toda relación. Yo estaba hasta las tetas.

Creo que es importante aclarar que mas allá del amor que yo sentía, me había encariñado mucho con la zorra. Quizás les resulte extraño que este marcando una diferencia, pero la verdad que era mucho mas que amor lo que sentía en ese momento. Yo me daba cuenta que le hacia de padre, de madre, y de amigo, ademas de novio, y por mas que eso me hiciera tener que estar todo el tiempo pendiente de ella, no me importaba, porque sabia que le hacia bien. Sentía que ella necesitaba todo eso. Seria útil que contara un poco de su historia para que entendieran mejor lo que digo, pero no estaría bien. Así que confíen nomas en mi si digo que era necesario que me pusiera todos esos disfraces.

Un nuevo año llego y la zorra volvió a mostrar su cola. Yo tenía puesto el disfraz de padre, y no tuve mejor idea que empujarla a que retomara sus estudios. Cuando digo empujarla, me refiero a todo: consejos de por que tenia que hacerlo, llevarla a la facultad e irla a buscar, prepararle la comida cuando volvía, ir al supermercado por ella, hasta llegue a limpiarle su madriguera. Todo para que pudiera concentrarse en sus estudios. Hacia tiempo que los había dejado, y me parecía que era una buena manera de que se amigara un poco con su vida. También pensaba que esto crearía un lazo muy fuerte entre los dos y serviría también para oxigenar un poco la relación. Error.

Supongo que todo hubiese sido distinto si yo no hubiese estado tan enceguecido, o si ella hubiese mostrado sus verdaderas intenciones desde el principio.

Pasaron pocas semanas, y un aguilucho apareció rápidamente. Yo estaba contento por ella que estaba formando un grupo nuevo de amigos y de estudio, y que las cosas aparentaban ir bien, pero fui muy ingenuo. Las llamadas a horarios absurdos, mensajes turbios, y las mentiras no tardaron en llegar. Escribir acá las excusas armadas no tendría sentido y la verdad que no quiero recordarlas, pero sabrán de que les hablo si llegaron hasta acá.

Una discusión, como muchas anteriores, basto para que la zorra tuviera la excusa de soltar mi mano. No hablar, no querer dar explicaciones, cortarme el rostro, fueron señales mas que obvias. Una vez mas se cumplió la regla, y ella ya había agarrado otra mano mientras tenia la mía. Esa misma mano, que me había jurado y re contra jurado que no iba a agarrar. Me trataba de pendejo e inmaduro cada vez que yo le decía lo que veía que estaba pasando, un clásico en estas situaciones. Me pregunto si existirán las suficientes categorías en el fútbol Argentino, para que el equipo del cual la zorra es hincha, siga descendiendo: " te lo juro porque ... descienda que no es como vos decís", era su latiguillo. Pobre equipo, tanta historia a la basura.

Esta claro que en la variedad no esta la elección, por lo menos si de zorras se habla, así que eso vamos a tener que sacarlo del manual. Amor se llama el juego en el que un par ciegos juegan a hacerse daño dice Sabina una de sus canciones. Dejadme decirte Joaco que cuando decidís jugar con una zorra, no hay amor que valga. Te va a embarrar la cancha poco a poco y va a tirar la pelota afuera cuando se le antoje, cuando tenga otra cosa asegurada y ya sienta que te chupo toda la sangre que tenias. De mas esta decir, que hablar de respeto y educación, resulta irrisorio. Jamas una zorra jugara limpio ni te dirá las cosas de frente.

Merecemos dar la vida en intentar. De todo se aprende, espero que les sirva. Hasta la próxima.

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